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Lesiones en pádel: Cómo prevenirlas y evitarlas

Lesiones en pádel Como prevenirlas y evitarlas

Que el pádel vuelve a estar de moda es algo que hemos podido comprobar durante estos largos meses y, ahora, con la llegada del verano y las vacaciones, son muchos los que inician su andadura en este deporte o aquellos que lo han vuelto a retomar después de algún tiempo sin practicarlo.

Y es que, organizar una quedada con amigos y en parejas, nos motiva aún más a jugar. Basta cuatro personas para coger la pala y dedicar uno o varios días a la semana para hacerlo, así de fácil. Pero también debes saber los riesgos que entraña la práctica de este ejercicio, pues las lesiones en pádel pueden ser más de las esperadas, sobre todo en aficionados amateur o principiantes.

 

Recomendaciones para prevenir lesiones en pádel

 

  • Antes de comenzar, y si no has jugado antes, es importante que elijas unas zapatillas y ropa adecuada. Un calzado que tenga buen agarre para evitar resbalar y las torceduras de tobillo. Además, debe quedar bien ajustado para que no cause ampollas por fricción en los movimientos, en los que también juega un papel importante el calcetín.
  • Evita jugar en superficies duras ya que la práctica continuada en este tipo de pistas ocasionará lesiones en la parte baja de la espalda. En la medida de lo posible, escoge pistas con moqueta o, en su defecto, utiliza zapatillas que amortigüen el impacto.
  • Escoger la pala adecuada según tus características. Hay palas más pesadas, otras más ligeras, más grandes, más pequeñas… Además, debemos prestar atención al overgrip y cambiarlo a menudo pues evitará que salgan ampollas en las manos a la vez que ofrecerá una mejor sujeción.
  • Realizar un buen calentamiento previo es esencial para evitar lesiones en pádel. Antes del partido, realiza estiramientos, calienta la musculatura y las articulaciones.
  • Hidratarse antes, durante y después del partido. Sobre todo si la intensidad es alta y la temperatura también, evitarás calambres y repondrás los líquidos perdidos.
  • Cuidado con los desplazamientos: presta atención a tus tobillos, rodillas y espalda pues sufren continuamente mientras jugamos. Las paradas, los arranques bruscos, los smash… pueden provocar torceduras, esguinces o dolor de espalda.

Sumando a estos factores la falta de técnica es, generalmente, la consecuencia de lesiones en aficionados amateur. Aquellos que practican este deporte suelen acusar otro tipo de dolencias o traumatismos como veremos a continuación.

 

¿Cuáles son las lesiones más comunes en pádel?

 

Como hemos señalado en el párrafo anterior, las lesiones en pádel de principiantes están relacionadas con la mala técnica y falta de preparación física que ocasionan sobrecargas y tendinitis en el codo y hombro principalmente, mientras que los profesionales acusan más traumatismos y esguinces como consecuencia de la intensidad.

De cualquier forma, los golpes repetitivos, los cambios de ritmo y de dirección que se ejecutan en el pádel, ocasionan lesiones en hombro, codo y extremidades inferiores (pie, tobillo, rodilla y cadera). Veamos cuales son las más comunes.

  • Tendinitis, epicondilitis o también conocida como “codo de tenista”: la causa principal de este tipo de lesiones en el brazo y codo es la repetición constante de movimientos para golpear la pelota. Para evitarla, es necesario calentar bien el brazo y corregir la técnica al ejecutar los golpes.
  • Tendinitis de Aquiles: la tendinitis en el pie o fascitis plantar es otra consecuencia de la práctica excesiva que produce una inflamación en el tendón del arco plantar que requiere descanso.
  • Tendinitis y condropatia rotuliana: los cambios de ritmo, las paradas y arranques… ocasionan el desgaste del cartílago interno de la rótula y se produce por la fricción continua entre la rótula y el fémur. Para prevenirlas, es necesaria una buena preparación física del tren inferior para que no recaiga todo el peso en las articulaciones.
  • La tendinitis de muñeca y dolor de espalda son otros de los traumatismos más típicos que se producen el pádel.

Prevenir estos y otros dolores es cuestión de trabajo específico para fortalecer determinadas zonas y, sobre todo, apostar por una buena forma física e ir adquiriendo la técnica adecuada.