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Fisioterapia y cáncer de mama

Fisioterapia y cáncer de mama

El cáncer de mama se produce por el crecimiento anormal de las células del tejido mamario, que forman un tumor. Unas veces puede ser palpado como un bulto o masa en el pecho y otras, necesita de ecografía o mamografía para su detección. Es muy importante la prevención y vigilar a menudo el estado de los senos para no derivar en el desarrollo de un tumor maligno.

Cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, el más frecuente entre las mujeres y que se estima en un alto porcentaje de supervivencia, en torno al 90%, gracias al desarrollo de efectivos tratamientos durante los últimos años. La fisioterapia puede ayudar a una recuperación de calidad tras una intervención o después de un tratamiento.

Ya sea mediante radioterapia, quimioterapia u otros tratamientos invasivos para su tratamiento, también podemos contar con otro tipo de disciplinas como es la fisioterapia, que puede ser utiliza posteriormente para tratar las secuelas de los tratamientos principales. Así, tras una mastectomía o un proceso de quimioterapia podemos trabajar problemas de la movilidad del hombro, por ejemplo.

 

¿Cómo ayuda la fisioterapia tras una cirugía de cáncer de mama?

 

Existen distintas técnicas de masajes especialmente indicados para estos procesos de recuperación oncológica, con los que se interviene para reducir el dolor, sensibilidad o hinchazón de la zona. Tras el proceso quirúrgico, muchos pacientes pueden sufrir debilidad muscular o pérdida de equilibrio, por lo que estas técnicas mejoran el sistema musculoesquelético, la salud cardiovascular y el estado físico en general. Todo dependerá del tipo de tratamiento de cirugía realiza. La recomendación para las pacientes operadas de cáncer de mama se centra en un programa determinado de ejercicios y técnicas.

Drenaje linfático manual: indicado para prevenir el linfedema y mejorar la movilidad del brazo. Cuando hablamos de linfedema, nos referimos a inflamación se debe a la acumulación de líquido intercelular que se encuentra entre piel y músculos. Suele aparecer tras la intervención quirúrgica para extirpar el tumor en la mama, si ésta implica extirpar los ganglios axilares, y aumenta un 10% su probabilidad de aparición si además se administra radioterapia.

Se trata de una técnica de masoterapia que consiste en la realización de maniobras manuales suaves y repetitivas, que se engloba tanto en el campo de la fisioterapia como en el de la estética. Su efecto depurador, ayuda a eliminar las toxinas que se encuentran en los edemas linfáticos, lo que se encarga de devolver los fluidos corporales acumulados en ciertos órganos y tejidos al torrente circulatorio para que puedan ser eliminados.

En caso de que la paciente haya sido intervenida en la axila, presentará problemas de movilidad y dificultad al elevar el brazo, lo que se aplica técnicas de estiramiento y movilización, además de masajes y ultrasonido para activar la circulación en la zona hasta el hombro.

Vendaje multicapa: está diseñado para contener la inflamación y mejorar el retorno venoso y linfático cuando se trata de úlceras venosas.

 

Mejora y recuperación después del tratamiento oncológico

 

La fisioterapia siempre será recomendable para aumentar la calidad de vida de la paciente afectada por cáncer de mama, aplicando las distintas técnicas que le permitan adquirir fuerza, movilidad y funcionalidad, siempre con revisión del oncólogo que determinará lo más aconsejable para cada persona.