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¿Teletrabajas o te deshaces en la silla?

molestias al estar sentado teletrabajando

Lo que empezó como una solución temporal se ha convertido en la nueva realidad para muchos. El teletrabajo nos da flexibilidad y ahorra tiempo, pero también ha puesto en jaque a una parte de nuestro cuerpo que solemos descuidar: la espalda. No es casualidad que cada jornada frente a la pantalla deje su huella, así que cuídala desde hoy.

Si te encuentras encorvado, con el cuello adelantado como un pollito mirando al ordenador, este artículo es para ti. Vamos a charlar sobre cómo reconocer los signos de una espalda en apuros y, lo más importante, cómo convertir tu día a día en algo más saludable.

La silla: ¿compañera o enemiga?

Trabajar desde casa suena genial, ¿no? Hasta que pasan los meses y empiezan a notarse esos molestos dolores. La realidad es que no estábamos preparados para pasar ocho horas al día sentados en la silla del comedor o, peor aún, en el taburete de la cocina. Lo que parece inofensivo puede ser el origen de un problema mayor, no lo subestimes.

La mala postura sostenida no solo provoca incomodidad, sino que puede desembocar en problemas serios como hernias discales, ciática, contracturas crónicas o incluso pinzamientos nerviosos. Y si le sumas la falta de movimiento, la cosa se complica: en la oficina te levantas para hablar con colegas, mientras que en casa, tu mayor desplazamiento puede ser del escritorio a la nevera.

El “yo me acostumbro” que te cuesta caro

Es muy común restarle importancia al dolor. Muchas veces pensamos: “esto es normal, ya me acostumbraré”, o incluso que el malestar se resolverá solo con el tiempo.

Pero la verdad es que ignorar estos síntomas es como ignorar una alarma, no te quedes sordo a tu cuerpo. El problema es que, cuanto más dejas pasar el tiempo, más se van asentando esas tensiones y el daño se vuelve más difícil de revertir. Ese leve pinchazo entre los omóplatos puede evolucionar en sesiones interminables de fisioterapia, o en el peor de los casos, en la necesidad de intervenciones quirúrgicas. Además, nada afecta tanto el rendimiento laboral como el dolor constante al respirar hondo.

Aliados para una espalda feliz

Si eres teletrabajador, tu espalda te está pidiendo ayuda y es hora de escucharla. No basta con cambiar de silla o añadir un cojín lumbar; se trata de transformar tu rutina y adoptar hábitos que cuiden tu bienestar. Cada pequeño ajuste en tu día puede marcar una gran diferencia, empieza por cambiar tus hábitos.

Una de las primeras claves es contar con una silla ergonómica: que tenga soporte lumbar, altura ajustable y reposabrazos adecuados; porque la comodidad en el día a día no es opcional. Otro truco es usar un elevador de pantalla para que el monitor esté a la altura de los ojos y evites esa clásica postura de tortuga. 

Y, por supuesto, es vital incorporar descansos activos: levantarse cada 45 o 60 minutos para estirarse o dar una breve caminata. Estos simples cambios pueden evitar que pequeños malos hábitos se conviertan en dolores crónicos.

Tecnología que cuida tu cuerpo: Indiba

Cuando ya empiezas a notar molestias o simplemente quieres prevenirlas, existe una herramienta que está revolucionando el mundo de la fisioterapia: Indiba. Esta tecnología no es cosa de ciencia ficción, es una solución respaldada por la ciencia.

Indiba utiliza la radiofrecuencia para estimular los tejidos de manera interna. No da calambres ni causa dolor; al contrario, es una experiencia profundamente relajante que acelera la recuperación, reduce la inflamación y mejora la circulación sanguínea. En centros especializados, como FisioCantizal en Las Rozas, han incorporado esta técnica con resultados sorprendentes. Personas que llegaban con dolor lumbar crónico y dificultades para sentarse, tras unas pocas sesiones han vuelto a moverse sin molestias, e incluso a retomar actividades físicas que creían perdidas.

Lo mejor es que Indiba no sólo combate los síntomas, sino que activa los propios mecanismos de reparación del cuerpo, como si le dieras a tu espalda un entrenador personal. Esa sensación de volver a tener el control y la movilidad es, sin duda, un alivio tanto para el cuerpo como para la mente.

Fisioterapia en Las Rozas: tu aliado en la cercanía

Si vives o trabajas en la zona noroeste de Madrid, estás de suerte. Hay clínicas especializadas en fisioterapia en Las Rozas que ofrecen tratamientos personalizados, combinando tecnología avanzada con un trato cercano y humano.

Elegir el centro adecuado es fundamental, asegúrate de que te traten como único.

No todos los dolores de espalda son iguales, y un buen fisioterapeuta lo sabe. Por eso, en una clínica de calidad se evalúa tu postura, la forma en que te sientas y hasta tu manera de respirar. 

Con esa información, el profesional diseña una estrategia específica para ti, evitando que los pequeños desajustes se conviertan en problemas mayores. Este enfoque no solo alivia el dolor, sino que también ayuda a prevenir futuras complicaciones, permitiéndote trabajar y vivir sin esa constante sombra de molestias.

Teletrabajo sin dolor: ¡es posible!

Vale, no todo es culpa de la silla. Hay muchas acciones que tú mismo puedes implementar para mejorar tu postura y cuidar tu espalda. Algunas son obvias, pero cuando te das cuenta de lo poco que las aplicas, es momento de cambiar. No se trata de milagros, es cuestión de tomar decisiones inteligentes cada día.

Imagina empezar la jornada con una buena rutina de estiramientos al despertar, incluso si te da un poco de pereza. Estos estiramientos activan la musculatura y preparan tu cuerpo para el día. Hacer pausas conscientes es otro hábito esencial: por ejemplo, cinco sentadillas, tres respiraciones profundas o un breve paseo por la casa pueden ser la diferencia entre un día de bienestar o uno lleno de tensión.

Además, no olvides hidratarte: tu cuerpo necesita agua para que todos los procesos funcionen correctamente, y tus músculos te lo agradecerán. Por último, dormir bien es crucial. Un colchón adecuado y un buen descanso reparan los daños del día, dándote la energía para afrontar nuevos retos.

Los gestos diarios que tu espalda agradecerá

A veces son las pequeñas acciones las que marcan una gran diferencia en cómo te sientes al final del día. Es importante prestar atención a esos gestos que, sin darte cuenta, pueden ayudar a evitar dolores y tensiones. Pequeños cambios en tu rutina diaria pueden transformarse en grandes mejoras, dale a tu espalda lo que merece.

Al levantarte, intenta estirarte de forma natural para activar tu cuerpo. Durante el trabajo, programa descansos para hacer movimientos suaves y aliviar la rigidez. Si pasas horas frente al ordenador, levántate, camina un poco y realiza movimientos de estiramiento para que la tensión no se acumule. Y, si eres de los que se sientan en la misma posición durante mucho tiempo, cuida que tus pies estén siempre bien apoyados en el suelo, y tus rodillas y caderas formen ángulos adecuados. Estos simples gestos, cuando se convierten en hábito, pueden evitar que la incomodidad se transforme en dolor crónico.