¿Qué es un esguince y cómo puede ayudarte la fisioterapia?
El esguince es una lesión tremendamente habitual en los deportistas, siendo los más habituales los de tobillo. También son frecuentes los de rodilla, pero encontramos esguinces de codo o incluso en los dedos de la mano.
Ahora bien, ¿sabemos qué es un esguince? Cuando hablamos de esguince nos referimos a una lesión de los ligamentos que se encuentran alrededor de una articulación. Los ligamentos son las estructuras que fijan los segmentos óseos de una articulación para limitar y dirigir su movimiento.
La fisioterapia, como veremos a continuación, es muy importante a la hora de tratar esguinces.
Por tanto, cuando hablamos de esguince nos referimos a las lesiones que cursan con estiramiento o rotura (parcial o completa) de las fibras que forman uno o varios ligamentos. Ahora entendemos, por tanto, por qué un esguince se puede producir en prácticamente cualquier articulación.
¿Cómo puedo saber si tengo un esguince?
Los síntomas de un esguince son, entre otros, dolor articular o muscular, hinchazón, rigidez articular o cambio de piel (especialmente hematomas). Los esguinces se pueden clasificar en función de la gravedad de la lesión, encontrando esguinces de grado 1, grado 2 y grado 3.
En los tres grados es fundamental, como hemos dicho, una adecuada recuperación tras la lesión. Es aquí donde entra en juego la fisioterapia, imprescindible para optimizar la recuperación, favorecer la vuelta a la actividad y la prevención de recaídas.
Las técnicas aplicadas por el fisioterapeuta, una vez que el dolor y la inflamación se vayan aliviando, consisten en entrenamientos con ejercicios propioceptivos y de reacondicionamiento muscular.
Y es que las funciones del fisioterapeuta en el deporte son fundamentales. Aquí el objetivo de la fisioterapia no es otro que el de preparar la zona lesionada para que esta responda a estímulos similares a los que han producido la lesión, haciendo que el cuerpo sepa responder ante ellos y minimizando así el riesgo de una nueva lesión.