Más allá del reposo: cómo moverse sin empeorar una lesión
Cuando sufrimos una lesión, el primer instinto suele ser dejar de movernos por completo. Nos han enseñado que el descanso absoluto es la mejor solución, pero la ciencia nos dice lo contrario. En muchos casos, un enfoque adecuado basado en el movimiento puede acelerar la recuperación y evitar complicaciones a largo plazo.
El problema es que moverse sin agravar la lesión no siempre es fácil. ¿Cuánto es demasiado? ¿Cómo saber qué tipo de ejercicio es seguro? Aquí te explicamos cómo recuperar la movilidad de manera progresiva sin poner en riesgo tu recuperación.
El mito del reposo absoluto
Durante años, la idea predominante en la medicina deportiva y la rehabilitación era que el cuerpo necesitaba inactividad total para sanar. Si te lesionabas, la solución era inmovilizar la zona y esperar. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el movimiento controlado no solo es seguro en la mayoría de los casos, sino que también es clave para una recuperación más rápida y eficiente.
¿Por qué es importante moverse incluso estando lesionado?
- Evita la atrofia muscular. Cuando dejamos de usar un músculo, pierde fuerza en cuestión de días.
- Mejora la circulación sanguínea. Un buen flujo sanguíneo acelera la reparación de tejidos.
- Reduce la rigidez. La falta de movimiento provoca tensión y molestias adicionales.
- Mantiene la movilidad articular. La inactividad prolongada puede generar restricciones de movimiento que luego son difíciles de revertir.
Eso sí, moverse sin control puede hacer más daño que bien. La clave está en encontrar el equilibrio entre actividad y descanso, adaptando los movimientos a la fase de recuperación en la que te encuentres.
Escuchar al cuerpo: la primera regla de la recuperación
No todas las lesiones son iguales, por lo que no existe una receta única para todos. Lo primero que debes hacer es aprender a distinguir entre el dolor “normal” del proceso de recuperación y las señales de alerta que indican que algo no va bien.
Algunas molestias leves pueden ser parte del proceso, pero si sientes un dolor agudo, punzante o incapacitante, es mejor detenerte y reevaluar. El cuerpo es sabio y te avisará cuando estés yendo demasiado lejos.
Si tienes dudas sobre qué tipo de movimientos puedes realizar, la mejor opción es consultar con un fisioterapeuta. Un profesional podrá indicarte qué ejercicios te ayudarán a sanar sin correr riesgos innecesarios.
Movimiento funcional en lugar de inmovilización total
El error más común es evitar por completo el uso de la zona afectada. En la mayoría de los casos, lo recomendable es mantener cierto grado de movilidad para evitar complicaciones.
Dependiendo del tipo y gravedad de la lesión, se pueden incorporar estrategias como:
- Movimientos pasivos. Son aquellos en los que la articulación se mueve con ayuda externa (como un fisioterapeuta o una banda elástica) sin que el músculo realice esfuerzo.
- Ejercicios isométricos. Implican contraer los músculos sin mover la articulación, lo que ayuda a mantener la fuerza sin poner en riesgo la lesión.
- Ejercicios de rango de movimiento. Pequeñas movilizaciones controladas ayudan a evitar la rigidez y a preparar la articulación para el siguiente paso en la rehabilitación.
Terapias avanzadas: cómo la tecnología puede acelerar tu recuperación
En los últimos años, la fisioterapia ha evolucionado enormemente. Hoy en día, existen tratamientos que permiten reducir el tiempo de recuperación y aliviar el dolor sin necesidad de reposo absoluto.
Uno de los más efectivos es Indiba, una tecnología de radiofrecuencia utilizada en clínicas especializadas como las de Las Rozas. Este tratamiento estimula la regeneración celular y reduce la inflamación, permitiendo que el paciente se mantenga activo mientras sana.
Beneficios de la terapia Indiba
- Acelera la recuperación al mejorar la oxigenación de los tejidos.
- Disminuye la inflamación y el dolor sin necesidad de fármacos.
- Permite seguir en movimiento durante el tratamiento.
- Se complementa con ejercicios de rehabilitación, potenciando los resultados.
Si estás en proceso de recuperación, acudir a un fisioterapeuta que utilice esta tecnología puede marcar una gran diferencia en la velocidad y calidad de tu rehabilitación.
Volver al movimiento: un proceso progresivo
Recuperarse de una lesión no es solo cuestión de sanar la zona afectada. Es un proceso que requiere volver a integrar el movimiento en la vida diaria de manera gradual.
Fases de reincorporación al movimiento
- Fase inicial: Movimientos pasivos y suaves para estimular la zona sin sobrecargarla.
- Fase intermedia: Introducción de ejercicios de movilidad y fortalecimiento moderado.
- Fase avanzada: Ejercicios específicos que preparan el cuerpo para volver a la actividad habitual.
- Fase de mantenimiento: Prevención de recaídas mediante fortalecimiento continuo.
Ejercicios recomendados según el tipo de lesión
Cada lesión tiene necesidades específicas. Estos son algunos ejercicios recomendados según la zona afectada:
- Lesiones de tobillo: Movimientos circulares suaves, ejercicios de equilibrio y fortalecimiento progresivo.
- Lesiones de rodilla: Flexiones suaves, estiramientos controlados y activación de la musculatura circundante.
- Lesiones de espalda: Ejercicios de estabilización, movilidad controlada y fortalecimiento del core.
Cuándo acudir a un fisioterapeuta
Muchas personas intentan recuperarse por su cuenta, pero no siempre es la mejor opción. Saber cuándo buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia entre una recuperación eficiente y una recaída prolongada.
Algunas señales de alerta incluyen:
- Dolor persistente que no mejora con el tiempo.
- Sensación de rigidez extrema en la articulación afectada.
- Pérdida de movilidad que interfiere con actividades diarias.
- Inflamación recurrente o crónica.
- Falta de progresos tras varias semanas de rehabilitación.
Si notas alguno de estos síntomas, lo mejor es acudir a una clínica de fisioterapia especializada. En Las Rozas, por ejemplo, los tratamientos avanzados combinan técnicas manuales con tecnología como Indiba para obtener mejores resultados.
Recuerda, moverse es sanar
Las lesiones no tienen por qué significar una pausa total en tu vida. El secreto está en encontrar el equilibrio entre reposo y actividad, permitiendo que el cuerpo sane sin quedarse completamente inactivo.
Si aplicas un enfoque progresivo, te apoyas en la fisioterapia y utilizas herramientas como Indiba, la recuperación será más rápida y efectiva. Lo más importante es escuchar a tu cuerpo y darle el movimiento que necesita en cada fase del proceso.
Así que la próxima vez que enfrentes una lesión, recuerda: el reposo absoluto rara vez es la mejor solución. Muévete con inteligencia y permite que tu cuerpo haga su trabajo.