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Razones para visitar a un podólogo

Razones para visitar a un podólogo

Las razones para visitar a un podólogo son diversas, y más en tiempos en que el estrés y la hiperactividad laboral son constantes en nuestra sociedad. La hiperactividad y la sobreutilización del pie, la sobrecarga de peso por permanecer mucho tiempo sin sentarse o en posturas inadecuadas que no cargan adecuadamente el peso de nuestro cuerpo, las malas pisadas, la incorrecta posición de la columna, o simplemente deformaciones o malformaciones de los huesos de la columna o de las piernas son algunas de las causas más habituales de las molestias y dolores en los pies. Son motivos sobrados para acudir a un especialista.

Sin embargo, aunque no sientas dolor en los pies, ello no es razón para pensar que no tienes razones para visitar a un podólogo. Es más: lo aconsejable es visitar a estos especialistas una vez al año para hacernos un chequeo de nuestros pies.

Hay que tener en cuenta que los pies son la parte más sufrida del cuerpo, la que carga con nuestro peso corporal durante gran parte del día, y a menudo, incluso –dependiendo de nuestra profesión y de nuestro ritmo de vida- con la mayor parte de nuestro peso. Las razones para visitar a un podólogo son de lo más numerosas y variadas, y no necesariamente tienen que ver con lo que consideramos molestias habituales. Además, al tratarse de una zona especialmente comprometida de nuestro cuerpo, a menudo necesitaremos de consejos profesionales, y de tratamientos correctores (la llamada ortopedia) para que la salud de nuestros pies mejore o sea óptima, y también para prevenir males mayores. Los pies son una zona de nuestro cuerpo que hemos de cuidar especialmente por lo muy sufrido que es, como hemos visto.

Pero eso no es todo:

  • Los pies, además, cargan con dos veces nuestro peso a cada paso que damos, y con cuatro veces nuestro peso cuando estamos corriendo.
  • Caminamos un promedio de unos 20.000 pasos al día, lo que da una idea bastante aproximada del desgaste que han de sufrir nuestros pies.

Lejos han quedado los tiempos de los callistas, y la disciplina podológica ha alcanzado el prestigio y consideración que merece como la especialización científico-médica propia del cuidado y cura de los pies. Esta categoría profesional y científica es uno de los más soberanos motivos para visitar al podólogo cuando adolecemos de problemas en los pies. Sin duda, es la mejor ayuda que podemos tener.

La revisión podológica puede tener que ver con factores varios:

  • Conocer si nuestra pisada es saludable, ya que, de no serlo, esto puede llevar a grandes problemas y malestares en nuestros pies, como soporte fundamental de nuestro cuerpo.
  • Hacerse chequeos periódicos es fundamental para deportistas, personas que por su ritmo de vida han de caminar mucho, y también niños, por hallarse en edad de crecimiento y tener que prevenir deformaciones y síndromes varios.
  • El especialista también nos puede indicar si nuestro calzado es el adecuado, o si, por el contrario, contribuye a producirnos malestar y diversos problemas en nuestros pies.

 

El podólogo: un profesional especializado

 

El podólogo es un profesional especializado que actualmente ha de cursar el Grado universitario en Podología, en el que estudian las diversas funciones del cuerpo humano y fundamentalmente de las extremidades inferiores:

Un podólogo ha de estar cualificado y capacitado para:

  • Realizar una inspección y diagnóstico apropiado del estado del pie del paciente y de sus posibles problemas y complicaciones de salud en los pies, así como de los vicios y posturas o pisadas incorrectas que pueden ser la fuente de sus males concretos. Esta es una de las principales razones para visitar a un podólogo.
  • Emplear los conocimientos y competencias de la podología para tratar síndromes como el de pie de atleta, la llamada onicomicosis, onicocriptosis o uña encarnada, pie cavo, espolón en el pie, bromhidrosis o excesiva sudoración en los pies, y un largo etcétera. Si estos síndromes no se tratan adecuadamente, pueden constituir el prólogo de afecciones y problemas mucho más graves: así sucede también con problemas físicos tan comunes y extendidos como el pie plano o el valgo.
  • El conocimiento de los productos ortopédicos adecuados para su debida prescripción al paciente aquejado de problemas, síndromes y dolencias en los pies.
  • Habilidades manuales para aplicar con gran precisión los tratamientos terapéuticos y curas adecuadas a cada caso. La masoterapia es también una de las especialidades terapéuticas propias del podólogo, que además ha de saber identificar las zonas musculares y óseas del paciente más afectadas por los problemas de que se trate en cada caso.
  • Capacidades y habilidades sociales y comunicativas, paciencia y comprensión con el paciente, como virtudes básicas de todo terapeuta, y también de estos profesionales. Como muy bien decía Hipócrates: la vida es corta, el arte largo, la experiencia falaz, la ocasión fugitiva y el juicio dificultoso. Por ello es tan importante escuchar con gran atención al paciente, y así conocer la fuente última de sus males. La empatía es característica vocacional fundamental de todo terapeuta, y en este aspecto debe cultivarse con tesón y esmero.
  • Capacidad y cualificación para la práctica quirúrgica en el terreno de la podología.
  • Capacidades directivas y de trabajo en equipo y coordinación con otros profesionales.

Como podemos fácilmente apreciar, no se trata de una profesión sencilla, y su dominio requiere años de aprendizaje y práctica. De ahí la importancia de un buen profesional especializado en el ámbito podológico.

Si después de todo, aún te quedan dudas de si visitar a un podólogo o no, te damos 5 razones por las que deberías ir a consulta, ya que una revisión de vez en cuando es esencial para prevenir males mayores.

 

5 razones para visitar al podólogo

 

Prevenir lesiones: visitar al podólogo siempre que detectemos algún tipo de anomalía en los pies, ya sea por una lesión accidental, durezas persistentes, problemas en las uñas o dolor sin causa aparente.

Conoce como es tu pisada: es muy recomendable que cualquier persona se haga un estudio de su pisada para saber, realmente, como se comporta tu cuerpo y que efecto tiene en tus pies cuando caminas o corres. El estudio de la pisada puede prevenir la aparición de lesiones o, si ya las tienes, ayuda a corregirlas.
La fascitis plantar, sobrecargas musculares… son algunos de los problemas que podemos arrastrar y para los que “pisar bien” ayudará a corregirlos. Una mala pisada puede generar también los habituales dolores de espalda.

Sobrecarga en los pies: la práctica deportiva es la causante de sobrecargas en los pies, al repetir determinados gestos y someter la articulación a grandes esfuerzos durante un tiempo determinado.  Visitar al podólogo cuando se es deportista o aficionado, es de vital importancia, ya que nos asesorará sobre el calzado, plantillas personalizadas y determinados ejercicios.
Estudiará nuestra pisada y, en base a ello, podrá aconsejarnos de la forma más eficiente para evitar alteraciones en nuestras estructuras que supongan un mal funcionamiento de la articulación, evite lesiones y que repercuta en todo el cuerpo.

Etapa de crecimiento: durante los primeros años de vida, los pies sufren cambios que deben ser revisados por si hubiese algún tipo de problema o anomalía.
Tercer edad: al igual que durante la última etapa de nuestra vida, los pies sufren deformaciones, nos cuesta más andar y suelen aparecer otro tipo de problemas en las uñas que no debemos pasar por alto.

 

Las clínicas del pie

 

Una simple enumeración sobre los síndromes y dolencias podológicas más frecuentes, como la que hemos visto más arriba, puede darnos una idea de la magnitud e importancia de esta profesión y de las muchas razones para visitar a un podólogo.

Por fortuna, una buena clínica del pie es ese lugar donde puedes tratarte y curarte de esos síndromes, pero también otras molestias. Así, por ejemplo, un podólogo en Madrid estará cualificado para tratar con gran eficacia problemas tales como las hiperqueratosis o durezas en los pies, que pueden eliminarse mediante un tratamiento o conjunto de tratamientos altamente especializado, que se denomina quiropodia.  Una clínica podológica también es el lugar indicado para intervenciones quirúrgicas como la operación de juanetes.

Como ves, las razones para visitar a un podólogo son muchas, pero todas estas relacionadas con ese soporte fundamental de nuestro cuerpo: los pies.