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¿Qué es la fascitis plantar? Síntomas y tratamiento

¿Qué es la fascitis plantar y cuál es el mejor tratamiento?

La fascitis plantar es la denominación más conocida del dolor de talón. Este dolor se produce en el momento que el ligamento de la fascia plantar provoca un desgarro en el tejido, produciendo así un fuerte dolor e inflamación. La localización común de este daño se suele encontrar donde la fascia se une al calcáneo, es decir, en el hueso del talón. A pesar de ello, el dolor puede comenzar a sentirse en la parte interna del tobillo.

Cuál es la duración de la fascitis plantar es una de sus principales inquietudes. Es lógico, dado que en los pacientes adultos esta dolencia es una de las principales causas de talalgia: o lo que es lo mismo, dolor de talón, que impide caminar con normalidad y supone, por lo tanto, una molestia más que considerable y un impedimento notorio para llevar una vida normal.

Si quieres saber más de este tema, aquí podrás encontrar qué es la fascitis plantar de un modo más desarrollado, causas de su aparición, síntomas, duración, prevención y tratamiento.

 

1- ¿Qué es la fascitis plantar?

 

Se trata de una inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido elástico que se extiende desde el calcáneo hasta la zona metatarsal, y se encuentra delante de los dedos. Su función es indispensable para caminar ya que es una de las principales responsables de mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo. Del mismo modo es la responsable de la protección de los metatarsianos evitando un exceso de flexión de los dedos.

La fascitis plantar se define como una degeneración colágena, es decir, que se produce una degeneración del colágeno de la piel, es decir, del tejido conectivo o pegamento de los tejidos del cuerpo, correspondiente a esa zona concreta. Se producen microtraumatismos de la fascia (tejido conectivo) plantar que disminuyen la capacidad de estos tejidos para autorrepararse, para autorregenerarse, por lo que, si no se lleva a cabo a tiempo un tratamiento adecuado, podemos encontrarnos con que tal doloroso problema se cronifica.

Determinados tipos de pies con anomalías específicas albergan de por sí un mayor riesgo potencial de desarrollar una fascitis: tal es el caso de los pies pronados (que tienden a rotarse al caminar), planos y cavos o valgos (aquellos cuya planta se curva de forma cóncava: es decir, en una cavidad). El desgarro de la fascia plantar se desencadena con mayor frecuencia en las personas que tienen este tipo de anomalías podológicas, por cierto, que nada raras. Sin embargo, y como más abajo podremos apreciar, no son las únicas causas o condiciones previas que favorecen esta dolencia.

 

2- Causas de la fascitis plantar

 

Los factores que conllevan a su aparición son:

– Exceso de carga en el pie: causada por correr largas distancias, normalmente en terrenos desfavorables con pendientes pronunciadas o superficies desiguales.  Hoy en día, el running está en pleno auge, realizarlo en exceso o sin una previa preparación y conocimientos es una de las causas principales de una lesión tan prevalente en gran cantidad de personas.

– Entrenar en superficies duras.

– Uso de calzado inapropiado: con la suela demasiado blanda o una sujeción deficiente del arco plantar o del talón.

– Debilidad en el tendón de Aquiles.

– Pies planos o excesivamente arqueados. Como ya hemos dicho, esta anomalía tan frecuente entre la población puede ser, a la larga, uno de los detonantes previos del desgarro de la fascia plantar.

– Exceso de peso, obesidad. Considerado como un factor de riesgo para sufrir fascitis plantar.

– Presencia de un tendón de Aquiles tenso.

– Debilidad del músculo sóleo. Se trata de un músculo que se encuentra en la pantorrilla por debajo del gemelo. Este músculo es el encargado de la flexión de la planta del pie, de modo que, si se encuentra alterado, el paciente tratará de corregir la falta modificando su paso y pudiendo provocar así otro tipo de lesiones.

– Edad: conforme vamos cumpliendo años, la elasticidad de la fascia va disminuyendo. Del mismo modo la musculatura involucrada en el movimiento del pie también va perdiendo su fuerza, y su capacidad de regeneración disminuye. Además, la capa de grasa presente en el talón, y que amortigua gran parte del impacto recibido por el pie, también disminuye, favoreciendo la aparición de lesiones en la fascia.

– Enfermedades como la gota afectan al dedo gordo del pie y también a los tendones y articulaciones que lo rodean, provocando inflamación, enrojecimiento y aumento de temperatura de la articulación, que se vuelve más sensible.

 

3- Síntomas de la fascitis plantar

 

El síntoma principal de esta lesión es el dolor que se produce en la zona interna del talón, es decir, la parte en la que se inserta la fascia plantar, y que se presenta de manera más intensa por las mañanas debido a la rigidez matutina de la fascia, que por la noche se acorta. El dolor suele ir acompañado de enrojecimiento, hinchazón leve y sensibilidad en la parte inferior del talón.
Al final del día y después de haber estado caminando mucho tiempo o habiendo estado de pie durante largo período de tiempo.
Cuando la planta del pie está estirada.
Al ponernos de puntillas.

Sin embargo, en el caso de los deportistas, el dolor sólo aparecerá por la mañana y tras la práctica de la actividad deportiva por lo que, en general, podrá seguir realizando la actividad a la que se dedique, lo que a su vez puede agravar la lesión. Si se realizan ejercicios como correr, saltar u otras actividades que impliquen impacto.

 

4- Duración de la fascitis plantar

 

De la fascitis plantar, la duración puede variar según el grado del daño y de la situación de cada persona.

Normalmente, el tiempo de recuperación no suele ser inferior a las dos semanas, pudiendo alargarse hasta los dos meses e incluso llegar al año o más si la dolencia no es tratada desde el primer momento en el que aparece el dolor. Es difícil estimar la duración exacta, ya que es habitual que las personas esperen hasta que el dolor es insoportable para acudir a un médico o a un fisioterapeuta para saber qué les ocurre. Eso dificulta verdaderamente el diagnóstico temprano para reducir el tiempo de recuperación.

En el peor de los casos, la fascitis plantar puede volverse una dolencia crónica, lo que dificulta asegurar el tiempo de recuperación. En caso de que esto ocurriese, pueden pasar varios meses hasta conseguir acabar con la fascitis plantar con un tratamiento quirúrgico, como explicaremos en los siguientes puntos.

Sin embargo, el dolor suele ser progresivo y su recuperación lenta hasta desaparecer por completo. En este sentido, la fisioterapia puede ser de gran ayuda y contribuye a alcanzar los objetivos que baraja cada paciente, por lo tanto, el tratamiento es personalizado para cada cual.

Hay personas que necesitarán ejercicios de fortalecimientos de la musculatura del pie, otros pacientes que requieran estirar los músculos, personas que realicen a diaria una intensa actividad física, pues habría que corregir errores de entrenamiento y adaptación de este. Para el tratamiento de este dolor específico, podemos aplicar distintas técnicas para el tratamiento del dolor, como masajes, vendajes, punción seca…

 

5- Prevención y tratamiento de la fascitis plantar

 

En cuanto a la prevención, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones como son:

– Controlar nuestra alimentación, puesto que, como hemos dicho, el sobrepeso es un desencadenante de esta dolencia.
– Usar siempre un calzado adecuado y cómodo.
– Utilizar plantilla de corrección si la necesitamos.
– Evitar estar mucho tiempo de pie o descalzo.
– Al practicar ejercicio, alternar las caminatas con otras actividades que no tienen impacto sobre la fascia, como nadar y montar en bicicleta.
– Cambiar las zapatillas de deporte si la suela está desgastada o si has hecho demasiados kilómetros con ellas.
– Caminar o correr sobre superficies lisas y llanas.
– Realizar ejercicios de estiramiento, sobre todo de la pantorrilla, regularmente.
– Ejercicios específicos de elongación de la fascia plantar (forzando la flexión de los dedos del pie).
– Rodar el pie sobre un rodillo o un objeto cilíndrico.
– Aplicar hielo en la zona diferentes momentos del día.
– Consultar con tu fisioterapeuta de cabecera. Existen terapias que pueden no sólo aliviar el dolor de la fascitis, sino prevenir su aparición.

En cuanto al tratamiento de la fascitis plantar, inicialmente se deberá usar una combinación de antiinflamatorios con diferentes tratamientos de fisioterapia dirigidos con el objetivo de eliminar la inflamación de la fascia en su segunda fase.

Los estiramientos serán ejercicios de gran ayuda para paliar esta dolencia, estirando la fascia plantar. Podemos estirar apoyándonos en la pared para estirar también el gemelo, o ayudándonos de una goma sentados en el suelo. Estos estiramientos de la parte posterior de la pierna es conveniente realizarlos por la mañana antes de comenzar la actividad diaria.

Llevando a cabo estas recomendaciones, reduciremos el dolor e iremos volviendo poco a poco a nuestra actividad. Visita a tu fisioterapeuta de confianza para que te examine y te paute el mejor tratamiento para tu caso. Si buscas un centro de fisioterapia en Las Rozas, no dudes en visitarnos en FisioCantizal para comenzar tu recuperación.

Además, si tras el estudio de pisada el podólogo determina que la inflamación de la fascia se debe a un trastorno en la planta del pie, habrá que diseñar y fabricar una plantilla que permita liberar la fascia y así, una vez se alivie la inflamación de esta estructura, el paciente pueda retomar la actividad con menos probabilidad de recaída.